El miedo es una de las emociones básicas del ser humano, y su importancia se debe a que, en muchas situaciones, nos es útil. Por muy desagradable que resulte al ser vivido en primera persona, este fenómeno psicológico es lo que nos lleva a evitar muchas situaciones que conllevan un riesgo real, ya sea porque conllevan una alta posibilidad de producir daño físico, o porque nos pueden perjudicar en cualquier otra manera. Por supuesto, el miedo no tiene por qué ser un mecanismo que nos permita acertar a la perfección cuáles son las situaciones que realmente nos perjudicarán, pero esto es inevitable. El problema no es ese. Lo malo llega cuando utilizamos inconscientemente el miedo como una excusa para no salir de la zona de confort o cuando, por ciertas dinámicas aprendidas, interiorizamos la idea que debemos temer a ciertas cosas que no conllevan un riesgo tan alto . ¿Qué hacer en estas situaciones? Estos consejos te ayudarán. 2. Acércate poco a poco ...